Lavandera
Mujer heroicamente pobre,
hundes tus palomas flacas y huesudas
en el hiriente frío de la batea,
quitas la miseria y suciedad de los holgados
por poco de comida, por poco de monedas.
Mujer memorablemente necesitada,
das sustento y ejemplo a tus hijos,
que cuentas con los dedos de una mano;
esa mano poeta y gitana,
esa mano, trotamundos y artesana.
Mujer sabiamente humilde, temple de acero,
no le temes al desprecio,
no le temes al maltrato;
sólo batallas en tu tina,
con tu amargura y tu despecho.
Lavandera cofre de frenesí,
par de manos aguerridas
par de aletas de colibrí,
mudos testigos del dolor y la desgracia
del ser pobre, del haber nacido así.
jueves, 12 de noviembre de 2009
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